lunes, 2 de agosto de 2010

Crueldad

¡Qué horror!
¡Qué pesadilla!
Me angustia y aflige considerar esa acción.
¡No puedo creer que tú me estés exigiendo eso!
Me estremece el pensarlo.
¡Hasta donde llega tu maldad, cuán grande es tu crueldad!
¿Debo de terminar absolutamente todas las fresas con crema?






  





María Fischinger